Santo Domingo. - Roberto Batista, profesor de Ciencias Sociales de nuestro Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) tenía apenas 21 años cuando pisó por primera vez un aula para impartir docencia. Esa primera experiencia desarrollada en su pueblo natal La Quebrada del municipio de Jánico, de la provincia Santiago, sirvió para que fortaleciera su vocación docente.
Desde ese entonces, enseñar a niños y a jóvenes, y ser formador de formadores se encuentran dentro de las mayores satisfacciones personales que ha experimentado en su vida profesional.
“Como maestros influimos en la mentalidad de la gente del mañana y si eso lo llevamos a lo que estoy haciendo desde el 2011 que estoy trabajando en el ISFODOSU formando maestros, todavía es más interesante porque estoy formando a los que van formar a los ciudadanos del mañana”, manifiesta.
Batista, quien pertenece al recinto Emilio Prud’ Homme, de Santiago, expresa que en su trayectoria docente lo fundamental ha sido estar abierto al aprendizaje constante tanto de los demás colegas como de los propios estudiantes.
“Siempre he dicho que quien aprende más en el aula es el docente porque ellos son 30 y el maestro es solo uno. Entonces esa apertura a lo nuevo me ha permitido crecer como profesional”, concluyó.
